Los
mejores lugares Turísticos de España
1. La Playa de las Catedrales
Ya
sabes, el punto más concurrido de la provincia de Lugo en los meses de verano.
Vadeada la ría de Ribadeo, la Playa de las Catedrales es la última de las
muchas joyas que guarda la cornisa cantábrica. Tanto que se ha convertido en
the place to be, el punto al que todo turista asomado a esta parte de la
península quiere acercarse. Es normal y es muy bonito, pero también es
esquivable.
Alternativa:
la playa del Silencio o la playa de Cuevas de Mar, en Asturias.
También
en la Galicia cantábrica, el banco de Loiba se asoma a los acantilados del
mismo nombre y se ha ganado, con merecimiento, el título de "banco más
bonito del mundo". Si rebuscas por Google te toparás con imágenes de lo
más inspiracionales para tu viaje. Si buscas entre las noticias, descubrirás
que el sitio está tan concurrido que hay cola para sentarse y tomar una foto.
Alternativas:
San Andrés de Teixido, los que posiblemente sean los acantilados más altos de
Europa.
3.
San Juan de Gaztelugatxe
La
espectacular escalinata que conduce a Rocadragón, el lugar donde Daenerys se
asienta a su llegada a Poniente, se encuentra en la provincia de Vizcaya, y es
tan asombroso como nido de turistas ansiosos por hacerse la foto y evocar las
escenas tan simbólicas de Juego de Tronos. Al igual que Dubrovnik, corre el
riesgo de morir de éxito gracias a la serie de televisión.
Alternativas:
bien cerca tienes la Playa de Laga, una preciosidad menos densificada, y
Bermeo, donde se come estupendamente.
4.
La playa de Bolonia
También
conocida como "la duna gigantesca a orillas del Atlántico donde todos tus
colegas se hicieron la foto de Instagram el año pasado". Una playa
asombrosa, grande y preciosa, incomparable en el arco sur español, pero precisamente
por ello con el hype de capa caída. A estas alturas está amortizadísima, y tus
espectaculares fotos sólo serán recibidas con un incómodo arqueo de cejas.
O
en general, las Islas Baleares. Mallorca ciudad es un feudo alemán e Ibiza se
ha transformado en un feudo apto sólo para gente dispuesta a gastarse toneladas
ingentes de dinero. Menorca es la tercera joya de la corona: destino indie
hasta hace una década, su definitiva masificación le ha retirado la coartada de
originalidad. Pregunta a los locales y prueba en islas (o rincones) mucho más
pequeñas.
6.
Barcelona
Casi
de cajón: Barcelona recibe tantos turistas al año que su ayuntamiento lleva
tiempo rompiéndose la cabeza para limitar la afluencia. Desde una moratoria a
la construcción de nuevos hoteles hasta medidas más drásticas, como un cupo
anual de visitantes. Los problemas del centro de la ciudad relacionados con el turismo
son infinitos y en verano es un auténtico parque temático.
Alternativas:
Valencia. Es más, o menos lo mismo, pero más accesible, manejable y con mejores
playas.
7.
Igeldo y San Sebastián
Aunque
apartada de los medios por mor de su tamaño, San Sebastián tiene similares
problemas a los que afrontan destinos turísticos más internacionales como
Barcelona o Venecia. En verano, gracias al buen tiempo, se atesta: la playa de
la Concha es impracticable y prácticamente hay que pedir turno no para hacerse
la foto desde el monte Igeldo. Sigue siendo preciosa, pero.
Alternativas:
cambia tu fin de semana y recorre el litoral guipuzcoano* hasta Francia o hasta
Vizcaya.
8.
La Alhambra de Granada
Patrimonio
de la Humanidad y posiblemente una de las maravillas más embriagadoras del
planeta, la Alhambra (y Granada en general) también es un recipiente de
turistas en permanente estado de rotación. Para visitar tan magno lugar hay que
pedir hora con meses de antelación y durante los meses más amables el ajetreo
por la ciudad es constante.
9.
Albarracín
El
que quizá sea el pueblo más bonito de España también se ha convertido en un
cliché de verano: su carácter medieval, su estado en perfecta conservación, las
maravillas de la cocina local y la mezcla de paisaje y arquitectura casi única
han hecho de Albarracín un caramelo. Problema: esa visita tan original que
habías pensado la han pensado a la vez millones de españoles.
Alternativas:
en el mismo Aragón tienes Alquézar, similar en circunstancias y
características, junto a la sierra de Guara y repleta de viñedos y de
estupendos vinos alrededor.
10.
La selva de Irati
Hayedos
de mil colores al borde del llanto, una alfombra de hojas preciosas recorriendo
tu camino. Otoño en Irati, un rincón maravilloso del pirineo navarro, es una
experiencia única. Y también elemental y masificada: todos los años el parque
se llena de curiosos ansiosos por conocer el hayedo más grande de Europa. Dado
que sólo dura unas semanas, la concentración es altísima.
Alternativas: mucho menos
atestados e igual de bonitos son la tierra de Cameros, en La Rioja (también
llena de hayas coloreadas en otoño), y los bosques que rodean a la Laguna
Negra, en Soria.
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